Testimonios. "Como Céline pero con S": estos nombres con ortografías inusuales

Impulsados por el deseo de singularidad y de destacar, algunos padres optan por nombres originales para sus hijos. Si bien esto puede ser motivo de orgullo, también puede acarrear complicaciones administrativas y un nombre cuya ortografía nadie sabe escribir correctamente. Los lectores del grupo EBRA, al que pertenece nuestro periódico, comparten sus experiencias.
Durante varios años, Gabriel, Léo, Raphaël y Noah han sido los nombres más populares para niños en Francia. Para niñas, Jade, Louise, Ambre y Alba siguen siendo los más elegidos.
Lejos de estas opciones tradicionales, algunos padres optan por un nombre original… en su ortografía. Ya no es raro ver el nombre Mathis escrito como Mathys, Matys o Matisse; Alison, Alysson o Alisson; o incluso Noham, Noam o Noaam.
Esta búsqueda de originalidad no es insignificante. Refleja una evolución en la relación con la identidad: cada nombre se ha convertido en una forma de afirmar la individualidad. Pero entre errores y malentendidos reiterados, esta originalidad a veces tiene un precio.
"Mi profesora de francés me llamó Justine durante tres años."«Me llamo Seline, una mezcla entre el origen turco de mis padres (Selin) y Francia, mi tierra natal», explica esta farmacéutica de Haute-Saône. «Es un nombre que siempre llama la atención cuando la gente lo ve escrito , sobre todo en mi bata. Es fácil de pronunciar, pero nadie sabe cómo se escribe. Siempre digo: es como Céline, pero con S… y luego veo que aparece “Célines” en los papeles».
Juline, una lectora de Côte-d'Or, se enfrenta a la misma dificultad: a menudo la confunden con "Justine" o "Julie". "¡Mi profesora de francés me llamó Justine durante tres años! Aún hoy tengo que repetir mi nombre varias veces. Recién ahora, a mis 20 años, empiezo a sentirme cómoda con él".
Para Madalena, natural de Dijon y de origen portugués, las burlas le pesaron mucho durante mucho tiempo. «En clase, escribía "Madeleine" en mis trabajos para evitar que se burlaran de mí. Ahora, estoy orgullosa de mi nombre. Es bonito y poco común, y eso es lo que lo hace único».
Frédérique, natural de Châteaubriant (Loira Atlántico), quien es hombre, tuvo una desgracia similar y a menudo se enfrenta a malentendidos: "He sido objeto de todo tipo de bromas. Y sigue ocurriendo hoy en día".
Lys, originaria de la región de los Vosgos, está muy orgullosa de su nombre. "La gente suele decirme: '¡Qué nombre tan bonito!'. Se lo agradezco a mis padres".
Pero algunos nombres poco comunes dan lugar a complicaciones inesperadas. Charlie, de Lyon, lo vivió en carne propia: «Mi nombre es unisex, soy mujer, pero en mi tarjeta sanitaria me registraron como hombre. Tuve que luchar durante meses para corregir el error y que me reembolsaran los gastos médicos».
Una experiencia similar vivió Hannah, de Châtenois (Bajo Rin), cuyos padres se inspiraron en la literatura estadounidense. «En Francia, estamos acostumbrados a escribir Anna. Esto me causó un gran problema con mi compañía de seguros médicos, que había escrito mal mi nombre; la Seguridad Social no me reconocía y bloqueó los reembolsos por mi atención médica», explica.
En casa de Loeticia, en la región de Drôme, fueron sus hijos quienes pagaron las consecuencias de una errata en su nombre. «Los excluyeron del comedor escolar por mi nombre. No recibí la factura por correo electrónico, después de que la administración volviera a corregir los registros escolares, que también habían escrito mal mi nombre».
Finalmente, algunos padres caen en la trampa de la originalidad… sin quererlo. Este es el caso de la familia de Artus en París: “Sentíamos que Arthus con H se parecía demasiado a Arthur. A pesar de haber escrito anuncios para nuestros seres queridos sobre el nacimiento de nuestro hijo, todos los regalos para el bebé llevaban bordado su nombre con H, los profesores se equivocan, e incluso los miembros de nuestra familia siguen escribiéndolo con H. Nuestro hijo pasará su vida diciendo: ‘Me llamo Artus, sin H’”, dice su madre, Charlotte.
Entre el orgullo y la molestia, estos nombres con ortografía inusual reflejan el deseo de destacar. Sin embargo, ten en cuenta que la originalidad tiene sus límites: está prohibido llamar a tu hijo Strawberry, Nutella, Titeuf, Mbappé o Griezmann. Aunque algunos lo han intentado…
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